EN LA LÍNEA DE LAS RIPAS.
LA CORNISA DE ALCOLEA
POR ENCIMA Y POR ABAJO. 29-01-2023
QUEDÓ DE PIEDRA
LA ESTEPA MONEGRINA
AL VER EL CINCA.
Nos subimos a la ola de piedra en que se convirtió Monegros cuando se encontró en la orilla del Cinca. Quizá fue al revés y el río se enamoró de la estepa y la lame a besos en cada uno de sus encuentros. Estos pensamientos nos asaltaban en nuestra subida a las Ripas, mientras en nuestra caminar se amplia el horizonte hasta lograr ver una gran parte del valle, solo velado por una neblina que se nos antoja del mismo hielo que nos rodea en esta mañana bajo cero.
El tajo, abrupto y completamente vertical, limita dos paisajes diferenciados: de ocres a un lado, de verde al otro; de arrugas uno, de planicies el otro; desnudo y reseco uno, vestido de árboles si vuelves la vista. La presencia del Tozal Redondo nos recuerda el vuelo de pedro Saputo, las cuevas al Bandido Cucaracha, el olor de la ontina y el tomillo a nuestros abuelos, al ganado abundante en otros tiempos.
Los colores ordenados de la arcilla nos hacen exclamar que existen banderas que perviven a la historia y el tiempo.
Dos horas de paseo, 1 hora por encima de la cornisa y otra por debajo. 8 km con paradas para contemplar con todos los sentidos y compartir mucho más que una mañana de San Valero que, por supuesto, celebramos con roscón.