RUTA ORWELL EN ALCUBIERRE
¡A LAS TRINCHERAS¡
ALCUBIERRE. 21-01-2024
ATRINCHERADA
LA HISTORIA EN LAS LADERAS.
CASI OLVIDADA.
Nuestra excursión de este domingo camina por la memoria, una triste memoria de bandos, odios, miseria y muertes, que resiste el olvido, escondida entre los restos de trincheras que a duras penas cobijaron a nuestros antepasados más próximos. George Orwell y Camilo J. Cela nos contaron, cada uno de un lado, sus vivencias por estos paisajes en momentos muy dramáticos. Hoy vivimos estos rincones de una manera muy diferente.
Más allá de la lícita curiosidad por estas ruinas, algunas de ellas reconstruidas, paseamos a través de un paisaje sorprendente, por unos Monegros casi desconocidos, a través de bosques de carrascas, algunas sabinas y pinos colonizados por muérdago. Nuestros pasos se embarran hasta hacer pesadas las botas, aromas de romeros, tomillos, ontinas y el hielo que nos rodea hacen simpático nuestro caminar; atravesamos una niebla matutina que convierte en blanco todo lo que toca y que acaba por rendirse al sol del mediodía. Las vistas se hacen inmensas a medida que subimos a lo más alto:
– Hacia el norte y este contemplamos la Hoya de Huesca, con los Pirineos nevados al fondo, salpicada de pequeñas poblaciones, explotaciones agrarias, torrollones y sasos. La niebla, acuertelada por sectores, nos impide la vista de la capital oscense.
– Hacia el oeste, algunos afirman haber visto el Pilar de Zaragoza, el día no permite tener esa hipotética visión y sin embargo se divisa perfectamente el Moncayo con su capote blanco.
– Hacia el sur una gran panorámica de Monegros, en la que destaca claramente San Garapasio, techo de estas sierras o la ermita de Magallón en la cercana Leciñena.
Empezamos y terminamos nuestra caminata circularen Las Tres Huegas, lugar en la que se unen los términos de Robles, Leciñena y Alcubierre y las dos provincias de Huesca y Zaragoza.
Sí, nos encontramos mucha resistencia. Resiste la historia, resiste a duras penas un paisaje único, resisten trabajando las abejas (tal como pone un cartel que nos encontramos) en un clima cada vez más adverso, plagas nuevas y un mercado agresivo y tramposo, resistía la niebla y el frío a abandonarnos, resite el cariño, la generosidad, la simpatía y la curisidad de la gente de Agualate.